Es difícil comparar empresas de distinta edad, ya que una empresa nueva puede aplicar un modelo de negocio innovador e inusual en contraste con una más antigua anclada a tradiciones e historia.
En ambos casos, pueden ser modelos correctos o erróneos y entonces... ¿Cómo saber qué es lo correcto?
Pues sigue leyendo y averígualo.
Tradición e historia como símbolo
Cuando nos enmarcamos en empresas familiares parece que lo más lógico es que la tradición juegue un papel fundamental. Y es que los clientes, los empleados y el mercado se identifican con una empresa a través de su tradición.
Casos concretos de empresa donde sus productos de calidad han dejado una identidad, una huella que el mercado reconoce y valora, son las empresas vinícolas o las que se dedican a la fabricación de calzado, o aquellas ancladas a trabajos puramente manuales y tradicionales como la fabricación de ciertos muebles y muchas empresas del sector alimentario como por ejemplo la fabricación de quesos.
En estos casos la tradición es fundamental y llevar a cabo una innovación sin tenerla en cuenta puede generar perjuicios mayores que la inactividad y tirar al traste con muchos años de funcionamiento.
Es lo que le pasó a Coca-Cola con su producto “New Coke” que lanzó en 1985, cuando con 100 años de historia, Coca-Cola decidió competir con el crecimiento de la cuota de mercado de Pepsi y para ello cambió su fórmula secreta por una más suave. El resultado fue el rechazo de muchos consumidores, hasta tal punto que en tan solo 3 meses, se vieron obligados a volver a la fórmula original. Y es que esta innovación casi les cuesta el liderazgo de su mercado.
Innovación entendida como evolución y mejora
Es claro que sin innovación no hay progreso y es necesario evolucionar con el mercado en constante cambio. Permanecer anclado al pasado es síntoma de una muerte asegurada.
Es esencial que se lidere activamente hacia el cambio que se quiere ver en la empresa. Para ello es necesario invertir en tecnología, comprar equipos y mobiliario, rediseñar procesos y sobre todo cambiar mentalidades ancladas en el pasado que castigan la creatividad e innovación por considerarlas contrarias a la cultura de la empresa.
El éxito significa, por tanto, estar preparado para los cambios que impactarían en el mundo de diferentes maneras, adaptándose a ello rápidamente y respondiendo con eficacia, mantenerse involucrado en los mercados en constante cambio, con mirada crítica y con visión a medio plazo que permita adaptarse de manera continua.
Por tanto hablar de innovación es hablar de cambio y por tanto de adaptación al medio, al mercado que requiere cada cierto tiempo cosas diferentes, en definitiva estamos hablando que el objetivo de la innovación debe ser la evolución más allá de modas o querencias.
¿Y con todo eso está garantizado el éxito? Pues ciertamente no ¿y entonces?
¿Dónde está el equilibrio?
La verdadera transformación de una empresa ocurre cuando el objetivo fijado está en consonancia con la misión de la organización.
Se trata por tanto de equilibrar ambos parámetros: Tradición e innovación.
Es necesario por tanto tener en cuenta:
Para ello es necesario unificar todos estos parámetros con la innovación deseada y partir de ahí establecer planes de gestión del cambio partiendo inicialmente de un proceso de coaching que facilita el autoconocimiento de aquellos que ocupan posiciones relevantes en la empresa y concluya, tras completar el plan de comunicación, formación y implantación del cambio, con un proceso de acompañamiento que facilite la traslación de ese cambio de mentalidad al día a día de la organización.
Si necesitas que estudiemos tu caso puedes rellenar el formulario que puedes encontrar pinchando aquí
Thanks for your blog, nice to read. Do not stop.