En un principio...
Por fin todo está preparado, la organización ha decidido realizar un gran cambio, ha apostado por una solución tecnológica maravillosa. Se sabe que ha hecho milagros en múltiples empresas y se ha apostado por que llevará a la nuestra a cotas nunca antes vistas.
Se ha preparado en el comité creado al efecto, el diagrama de implantación que abarcara a las secciones objeto del cambio.
Se ha dividido la implantación en fases bien definidas, con una serie de KPI's, que servirán para el control de la implantación.
La inversión ha sido considerable y se ha previsto que la empresa desarrolladora de la solución, dé apoyo y seguimiento a las secciones.
Todo parece perfecto...
Dos meses más tarde el cambio ha fracasado.
¿Cómo ha pasado?
¿La respuesta rápida? Porque no se ha tenido en cuenta a las personas implicadas en el cambio previsto.
En definitiva, no se tuvo en cuenta a las personas que debían asumir la transformación digital y aunque la organización estuviera preparada para la instalación de este sistema tecnológico, las personas en particular (una a una) no lo estaban.
Cualquier nueva implantación de tecnología en la organización será estéril si no va acompañada por su uso eficiente por parte de las personas, ya que son estas las que experimentan el impacto de la innovación, la transformación digital y el cambio. Y, a veces, la adaptación a ese cambio no es tan sencilla para los trabajadores, y puede poner en riesgo los beneficios del cambio y objetivos previstos.
Además, casi nunca se logra el aprovechamiento funcional de la tecnología a implantar; la capacitación por la que las personas pasan se vuelve una pérdida de tiempo, esfuerzo y recursos de la organización y para colmo, se pierde credibilidad y confianza de los empleados en la organización, que se retroalimenta en un círculo vicioso, donde no hay convencimiento de las bondades del cambio, que se traduce en falta de disposición y voluntad, que se convierte en descontento de las personas... desmotivación, desconfianza... Así hasta que se rompe.
¿Te suena?¿es aceptable pensar en implantar soluciones tecnológicas sin tener en cuenta las personas que las van a usar todos los días? ¿Cómo crees que debería hacerse esta transformación?
Entonces ¿qué podemos hacer para evitar el fracaso del cambio?
Si las personas no son capaces de utilizar un sistema que ha sido testeado y que funciona bien con las personas, el problema no está en las personas sino en como se ha llevado a cabo la adaptación y comprensión de esas personas con respecto a esa tecnología.
Cuando en la gestión del cambio introducimos el plan de adaptabilidad es porque queremos que las personas entiendan:
No hay un sólo cambio, hay tantos cambios como personas pasan por el cambio.
Por eso es tan importante en nuestro plan de gestión del cambio establecer claramente las personas que se verán afectadas por dicho cambio y entender cuales serán sus preocupaciones, sus dudas, sus quejas y sobre todo sus resistencias. Entender el cambio en esas personas es fundamental para que funcione.
Por eso, sí lo que necesitas es saber como puedes mejorar la implantación de tu solución tecnológica podemos hablar y ver como implantar un sistema de gestión del cambio.
Te dejo a continuación un formulario de contacto:
Puedes llamarme al teléfono que ves o mandarme un email o si quieres rellenar el formulario de la derecha.