La gestión inadecuada de las emociones en el entorno laboral puede tener un impacto significativo en el bienestar emocional y en el desempeño laboral de las personas.
Es común que las personas adopten estrategias inadecuadas como evitar o reprimir las emociones, autoengañarse o estallar emocionalmente. Sin embargo, estas estrategias pueden tener consecuencias negativas en la salud emocional y en el desempeño laboral.
Es importante aprender a reconocer y procesar adecuadamente las emociones en lugar de evitarlas o reprimirlas para lograr un ambiente laboral saludable y una mayor productividad.
La regulación emocional, como la meditación, la respiración profunda y el yoga, pueden ayudar a controlar las reacciones emocionales. Además, el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, como la empatía, la asertividad y la comunicación efectiva, puede ayudar a manejar las emociones en el entorno laboral.
¿Cuáles son las estrategias inadecuadas que usamos para manejar nuestras emociones?
Vamos a ir desgranándolas en profundidad para poder comprenderlas mejor y poder definir soluciones que nos aporten beneficios reales y palpables.
1.- Evitar o reprimir las emociones
La estrategia de evitación o represión de emociones en el entorno laboral consiste en ignorar o reprimir las emociones en lugar de enfrentarlas y procesarlas adecuadamente. Esta estrategia puede adoptarse de diversas maneras, como evitando ciertas situaciones o personas que desencadenan emociones desagradables, o reprimiendo la expresión de esas emociones.
Esta estrategia puede parecer temporalmente efectiva, ya que permite continuar trabajando sin tener que enfrentar las emociones desagradables. Sin embargo, a largo plazo puede tener efectos negativos en la salud emocional y en el desempeño laboral. Al evitar o reprimir las emociones, se pierde la oportunidad de procesarlas y entenderlas y por tanto aprender de las situaciones y mejorar en el futuro, lo que puede llevar a un acumulamiento de emociones reprimidas y aumentar el malestar emocional.
Además, la estrategia de evitación o represión puede llevar a la acumulación de tensión emocional, lo que puede manifestarse en problemas de salud física, como el estrés crónico y la ansiedad. También puede aumentar el riesgo de burnout y de problemas relacionados con la salud mental.
Dentro de esta estrategia existen 3 formas muy concretas de reprimir o evitar las emociones:
1.1.- Cambio ambiental
La estrategia de cambio ambiental es una sofisticación de la estrategia anterior y se refiere al acto de alterar el entorno para evitar sentir una emoción desagradable. Consiste en cambiar algo del entorno en el que se encuentra la persona para evitar o reducir la sensación de incomodidad o malestar.
Por ejemplo, después de una presentación de un proyecto, si se cree que la relación con un cliente se ha deteriorado, se puede solicitar al jefe que se asigne a otra persona dicho proyecto. Con esta estrategia se busca evitar tener que seguir trabajando con ese cliente, con la esperanza de que esto ayudará a reducir el malestar emocional.
Sin embargo, esta estrategia tiene sus limitaciones, ya que no aborda las causas subyacentes de la emoción desagradable y no ayuda a desarrollar la capacidad de manejar emociones en situaciones similares en el futuro. Además, puede generar problemas en el equipo o en la organización, ya que podría afectar a las relaciones laborales y a la comunicación. Es importante considerar otras estrategias de regulación emocional y desarrollo de habilidades emocionales para manejar las emociones de manera saludable y efectiva en el entorno laboral.
1.2.- Autoengaño
El autoengaño consiste en convencerse a uno mismo de algo que no es verdad o de una interpretación distorsionada de la realidad. En el contexto de la gestión de emociones en el lugar de trabajo, el autoengaño se refiere a la tendencia a negar o minimizar las emociones desagradables en lugar de enfrentarlas y procesarlas adecuadamente.
La persona que utiliza el autoengaño puede negar sentirse afectado por una situación o fingir que no importa, en lugar de reconocer y procesar sus sentimientos. Puede buscar justificar sus acciones o incluso minimizar la importancia de la situación, convenciéndose a sí mismo de que no está afectado.
El autoengaño puede parecer temporalmente efectivo, ya que puede ayudar a evitar el malestar emocional, pero a largo plazo, puede tener efectos negativos en la salud emocional y en el desempeño laboral. Puede evitar que se aborden problemas subyacentes y puede dificultar la capacidad de tomar decisiones y resolver problemas de manera efectiva.
1.3.- Parálisis por análisis
Identificar la causa de las emociones puede parecer útil para manejarlas, pues nos permite comprender la situación y, en teoría, encontrar una solución. Sin embargo, si nos concentramos en evitarla o reprimirla, puede llevarnos a una mayor preocupación y disminución en nuestra capacidad para pensar de manera creativa y adaptativa.
Esta estrategia se refiere a la tendencia a analizar exhaustivamente una situación o una emoción en lugar de tomar acción o procesarla adecuadamente. En lugar de enfrentar y procesar sus emociones, la persona se concentra en analizar cada detalle de la situación, buscando una respuesta perfecta o una solución perfecta, lo que puede llevar a la indecisión y la inacción.
La persona puede manifestar su incapacidad de tomar decisiones, la dificultad para completar tareas o la tendencia a posponer decisiones importantes. Se siente abrumada por la complejidad de la situación o la cantidad de factores a considerar, lo que puede llevar a una sensación de ansiedad y estrés.
2.- Explosión emocional
La estrategia de explosión emocional se refiere a la tendencia a dejar que las emociones se apoderen de uno, llevando a una respuesta impulsiva e inapropiada. En lugar de procesar y regular las emociones, la persona deja que las emociones se apoderen de ella, lo que puede llevar a un comportamiento agresivo, iracundo o lloroso.
En el entorno laboral, esta estrategia puede manifestarse en una respuesta emocional exagerada a un comentario o una situación, lo que puede afectar negativamente las relaciones con los colegas y el desempeño laboral. Esto puede generar tensiones y conflictos en el equipo y puede afectar la capacidad de la persona para resolver problemas de manera efectiva.
La explosión emocional puede ser causada por una falta de habilidades para regular las emociones, una sobrecarga emocional o una falta de apoyo emocional.
¿Y entonces que podemos hacer para mejorar nuestro bienestar y rendimiento en el trabajo?
Existen varias estrategias que podemos implementar para mejorar nuestro bienestar y rendimiento en el trabajo, entre ellas:
En resumen, la gestión inadecuada de las emociones en el trabajo puede tener consecuencias negativas tanto en el bienestar emocional como en el rendimiento laboral.
Es importante aprender a reconocer y procesar adecuadamente las emociones en lugar de evitarlas o reprimirlas.
Algunas estrategias para mejorar la gestión emocional en el trabajo incluyen aprender a regular las emociones, desarrollar habilidades sociales y emocionales, tomar descansos regulares, establecer límites saludables y buscar apoyo. Con estas estrategias, se puede lograr un ambiente laboral más saludable, una mayor productividad y por tanto un mayor bienestar emocional.
Por eso te ofrezco una solución personalizada para ayudarte a superar los desafíos emocionales en tu lugar de trabajo. A través de sesiones individuales, trabajaremos juntos para identificar y procesar las emociones, y desarrollar estrategias y herramientas para manejarlas de manera saludable.
Nos enfocaremos para que puedas desarrollar habilidades sociales y emocionales para mejorar las relaciones con los colegas y manejar las emociones de manera efectiva. También te apoyaré para establecer metas y prioridades y lograr un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
También desarrollo talleres presenciales y mayoritariamente experienciales que te pueden ayudar a tomar conciencia de tus emociones y como las gestionas y de que forma puedes hacerlo de manera más efectiva.