Sobre mí
Agradecido de verte por aquí
Hola:
Soy David Peña, me dedico al coaching personal y ejecutivo y desarrollo planes de gestión del cambio en empresas y organizaciones.
Facilito procesos de cambio desde el coaching humanista.
Para mi primero es la persona y después el cargo, o el objetivo, o el sistema. Eso significa que mi objetivo es que la persona tome conciencia de qué le ocurre y de cómo cambiarlo, para desde ahí apoyarla en la creación de un plan de acción que la lleve a la consecución de su objetivo.
En esta página voy a plasmar un poco de mí, de quién soy, a que me dedico y lo que realmente me apasiona para que puedas entender un poco mejor como puedo ayudarte a ti y/o a tu organización en un proceso de cambio.
David A. Peña Búrdalo
UN POCO DE HISTORIA
Pues bien, empecemos por el principio. Poco importa para esta historia mi niñez y mi pubertad, quedaros quizás con dos valores que aprendí en esa época y que me han acompañado casi todo el tiempo de mi vida:
“Sólo con sacrificio se consiguen las cosas que realmente valen la pena" y “si no trabajas eres un vago"
Fui un buen estudiante y pronto termine una ingeniería que no había sido ni siquiera mi primera opción cuando tuve que elegir carrera después de terminar la selectividad (algo que hoy sé que fue el principio de un camino más largo)
Con mi título conseguí trabajo y en unos años comencé a desarrollar mi labor en diferentes ayuntamientos, centrándome finalmente en uno sólo.
Y el tiempo pasó, y todo fue felicidad... o no
Durante un tiempo mi trabajo fue muy gratificante, tuve la suerte de estar en varios proyectos muy enriquecedores e incluso en legislaturas diferentes con partidos políticos dispares.
Sin embargo, otras elecciones llegaron y un nuevo concejal tomó cargo de su puesto y a diferencia de los anteriores, a esté no le interesaba demasiado mi área, porque creía que no le generaba réditos para su carrera política. Esto supuso para mí el fin de las "vacas gordas" y comenzó mi travesía por el desierto; me relegaron a un despacho vacío, en otro edificio y aunque a mí eso no me amilanó, si pasó factura en mi día a día laboral.
Pasaron cuatro años y la cosa no mejoró sino que empeoró y eso me llevó a buscar alternativas, intentar cambiar de concejalía incluso de trabajo, cambié mi ocupación laboral en el ayuntamiento en una nueva concejalía, que por un tiempo fue bien, hasta que por problemas del equipo del gobierno todo cambió de nuevo. Aquí llegó la puntilla final que me arrojo en brazos del ostracismo y al poco tiempo a mi propia desmotivación y finalmente a mi descapitalización emocional.
Actué como sabía, como me había funcionado en otras ocasiones y utilice mi lógica ingenieril, creando "mi Gran Mentira" que yo mismo creí a pies juntillas: "Yo trabajo para vivir no vivo para trabajar" Con ello me quitaba toda la responsabilidad de mi éxito o mi fracaso y lo dejaba en manos de los demás, de tal forma que si no se cumplían mis expectativas tan solo tenía que echarle la culpa a los demás. Esta gran mentira ha seguido conmigo mucho tiempo y la experiencia resultó profundamente liberadora y al mismo tiempo motivadora, cuando conseguí zafarme de ella.
Al final la situación en el trabajo afectó al resto de mi vida, a mi vida familiar, personal y relacional. Dejé de cuidarme en el sentido más amplio de la palabra, tanto mental, como física como emocionalmente, solo me interesaba por los juegos de ordenador online, en el trabajo estaba pendiente (y procrastinaba) mirando videos, guías y referencias sobre esos juegos, prefería pasar el rato en casa que salir con los amigos o mi pareja, incluso abandoné algunos de mis hobbies preferidos por estar más tiempo jugando.
Solo cuando mi pareja se plantó y me dijo que no podía seguir, fue cuando me di cuenta que algo me pasaba, que en realidad todo era huir, escapar de mi propia responsabilidad.
Cambio y rencuentro
Tarde tiempo en sentarme conmigo mismo y mucho más en averiguar lo que me pasaba. Me aferraba a la permanencia y quería huir del cambio, tenía miedo y eso me impedía realmente disfrutar de mi situación aquí y ahora.
Comprendí que había muchas cosas que no me gustaban y que si quería algo diferente tendría que cambiar YO y no mi entorno y eso me hizo adentrarme en una búsqueda personal de mí mismo, de mi propósito y mis valores.
Como no conocía el camino, no fue corto, al contrario fue largo y eso hizo que a su vez fuera inconstante. Si miró atrás sabiendo lo que ahora sé, hay muchos caminos que no habría cogido. Y al David de ese pasado le aconsejaría que empezase por conocerse a sí mismo, por SER antes de HACER y por HACER antes que TENER.
Hoy reconciliado conmigo mismo, soy más consciente de lo que lo he sido nunca, de que soy dueño de mi destino.
Al fin, camino por donde quiero ir, con un propósito claro, con un proyecto motivador, con la experiencia y con mi emergía como aliados.
Hoy sé que nada me puede parar salvo yo mismo y que el cambio es lo único a lo que puedo agarrarme es lo único que permanece.
Y siempre que alguien en una de mis sesiones me dice que no es capaz de cambiar nada de lo que le rodea recuerdo esa frase que se le atribuye a Einstein que decía:
Por eso hoy sé que puedo ayudarte y que estás en el lugar correcto donde:
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